Fisioterapia, Medicina Deportiva, Rehabilitación
La hipertermia profunda o diatermia se muestra eficaz en las numerosas afecciones articulares, dolores químicos e isquémicos, contracturas musculares, inflamaciones crónicas, edemas, procesos artríticos, procesos degenerativos a causa de trofismo insuficiente, etcétera.
Los tejidos orgánicos degenerados (procesos de “-osis”) habitualmente se deben a mala circulación y poco aporte nutritivo en la zona. La alta frecuencia térmica ofrece en este campo grandes indicaciones sobre tejidos
y zonas tales como:
- Zonas esclerosadas
- Fibrosis capsulares
- Viejas contracturas
- Bolsas de geloide
- Zonas isquémicas
- Cartílagos artrósicos, etc.
Son circunstancias en las que se requiere calor intenso, aunque sin molestia, durante un tiempo de 5 a 10 minutos para forzar la vasodilatación y sus efectos, reactivando el trofismo y el metabolismo celular.
La vasodilatación permite el intercambio de líquidos y sustancias plasmáticas que transforman la química local:
- Regulando el PH
- Produciendo reequilibrio iónico
- Repolarización de membrana
- Reactivación de la bomba sodio-potasio
- Mejora del metabolismo y la función celular
- Reabsorción de catabolitos
- Diapédesis de elementos de defensa y fagocitarios
- Transformación de las disoluciones orgánicas de gel a sol
Al lograr una sensación de calor agradable, provocaremos una reacción del parasimpático, produciendo sopor y relajación muscular.
Y ahora cuéntanos... ¿Qué más necesitas saber?
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